Nos acompañaron -de izquierda a derecha-: Teresa Buzzo-Prof. C.T.E. y organizadora del viaje-, Rosana De Lima -Prof. Filosofía y Crítica de los Saberes- y Cristina Rastellino -Adscripta-.
También nos acompañó Teresita Martinez y su hija -derecha. Ambas instantáneas fueron obtenidas en la zona donde se depositan las piedras de ágata, que luego serán tratadas en los diferentes talleres para darles los colores característicos. Según el guía que nos acompañó, esta variedad no tiene valor comercial si no se le da el tratamiento adecuado para colorearla.
En la imagen anterior se puede observar la entrada a una de las galerías de extracción de las piedras. Para ello, primero se dianmita la piedra y luego se extraen las geodas, en su interior se encuentra la amatista.
Dentro de las galerias la temperatura se mantiene entre los 13°C a 17 °C, sin que la temperatura en el exterior afecte la misma. También hay alta humedad, debido al escurrimiento de agua que continuamente hay dentro de las rocas.
Las geodas que contienen las amatistas pueden tener una masa menor a 1,0 kg o varios centenares de kg. Luego del "pelado" de la piedra, trabajo que realiza un operario en forma manual debido a que no se puede dañar el interior , se pasa la misma a los talleres donde será cortada.
El corte se realiza con discos de piedra esmeril, lubricados con gasoil, dado que el mismo no daña las piezas trabajadas; lo que si sucedería si se lubricara con agua.
Luego se mide la masa de cada pieza, se embala y rotula. El destino de la mayoría es el mercado chino, la mínima porción es trabajada por lo artesanos locales.
En la imagen posterior están los alumnos de 1°E.M.S. de los grupos 2, 4 y 5, al frente de uno de los talleres de corte y embalado.